Nunca hubiese imaginado que acabaría poniendo un pie en una cárcel. Nunca hubiese pensado que tendría que atravesar las verjas de un centro penitenciario. Nunca hubiese considerado dar una ponencia a unos internos…
La Fundación Profesor Uría nació en 2005 con la vocación de promover el voluntariado social dentro del despacho Uría Menéndez y, entre sus actividades, se encuentra un programa denominado Aula Jurídica Profesor Uría, cuyo objetivo principal es la formación jurídica general de internos en los centros penitenciarios de Soto del Real y de Aranjuez, en Madrid. En total, desde sus inicios, se han impartido más de 140 conferencias en el centro penitenciario de Soto del Real y 129 en el de Aranjuez. Tal es la labor que realiza la Fundación Profesor Uría que, en septiembre del año pasado, el Ministerio del Interior, a través de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y a petición del centro penitenciario de Soto del Real, le otorgaron la medalla de plata al mérito social penitenciario.
En mis primeros días como profesional de Uría Menéndez, me explicaron la labor que desarrolla la Fundación Profesor Uría, sin saber que un día participaría en el programa Aula Jurídica Profesor Uría. Tardé más de un año en apuntarme como voluntaria al programa ESD plus, un programa dirigido a, entre otras cuestiones, proporcionar ayuda escolar a alumnos participantes en la Escuela Solidaria de Derecho. Sin embargo, algunos meses después, con gran indecisión por miedo a lo desconocido, pero con mucha curiosidad y ganas de superarme, decidí apuntarme al programa Aula Jurídica.
Estuve meses eligiendo el tema de la ponencia, deliberando qué cuestiones relativas al Derecho podrían ser de interés para los presos del centro penitenciario de Soto del Real. Acabé decantándome por el emprendimiento, es decir, sobre los pasos a seguir y las distintas opciones existentes para montar un negocio tras la salida y reinserción en la sociedad de los internos del centro.
Más allá de la propia ponencia, que desde luego fue impactante y sobrecogedora, pude visitar las instalaciones. Además de ver a las familias y otros visitantes de los internos, recorrí los patios, algunas instalaciones deportivas y las aulas de enseñanza, encontrándome con un mundo radicalmente distinto a lo que vemos en las películas.
Os invito a conocer la revista Ecos de Soto (https://ecosdesoto.es/), la revista que preparan con cariño y devoción los internos. Como señala Carmen Cordero, coordinadora de actividades, “Ecos de Soto es reinserción. Es un proyecto que impulsa todos los objetivos que puede tener un centro penitenciario con sus internos, de cara a prepararlos para su vuelta a la sociedad y al mercado laboral”.
Desconozco qué pensaron los internos de la ponencia. Ignoro si sirvió de algo. Solo sé que, para mí, fue una experiencia inolvidable…